Café de Colombia - Opinión, Enroque cafetero
14:21:00Enroque cafetero
Juan José Perfetti del Corral
15/07/2016
Enroque cafetero
Luego de que la Misión Cafetera dirigida por Juan José Echavarría adelantara
una serie de estudios sobre la situación y las perspectivas del sector
cafetero colombiano y del mercado mundial del grano, se hizo claro que,
frente a los enormes retos de la caficultura, era necesario adelantar
una serie de ajustes de gran calado en la forma como ha venido operando
dicha actividad.
Entre los asuntos más destacados estaba la
imperiosa necesidad de incrementar la productividad y la competitividad,
pues la pérdida de participación en los mercados externos responde, en
gran medida, a este problema.
Pese a que durante los últimos
años, y gracias a los positivos resultados del programa de renovación
cafetera, la productividad media de la caficultura ha tenido importantes
avances (según el Gobierno, la edad promedio del parque cafetero pasó
de 12,5 a 7,0 años y la productividad aumentó en un 70 por ciento), el
reto en esta materia se mantiene porque la brecha tecnológica frente a
los competidores es muy amplia.
El otro asunto que recibió gran
atención por parte de la Misión fue el de la institucionalidad del
sector y el de la relación entre el Gobierno y la Federación Nacional de
Cafeteros, pues, en muchos casos y por falta de claridad, el gremio ha
tomado decisiones propias de los entes gubernamentales.
Adicionalmente,
y en virtud de la delegación de funciones en materia comercial, la
Federación, que es un gremio privado y comercializa café, se convirtió
en un competidor, en condiciones asimétricas, de las firmas privadas que
compran y exportan el grano.
De esta forma, entre las
recomendaciones de la Misión estaba adelantar una profunda reforma
institucional de tal forma que se tuviera una clara definición de
funciones entre el Gobierno, que es el formulador y ejecutor de las
políticas públicas, y la Federación, como gremio que representa y
defiende los intereses de los cafeteros.
La oportunidad que se
tenía para reacomodar las cargas y redireccionar la marcha del sector
cafetero era la renovación del contrato de administración del Fondo
Nacional del Café.
Según se ha dado a conocer, durante el pasado
fin de semana se protocolizó la firma del contrato y, según la
información de la prensa, los ajustes al mismo fueron relativamente
menores.
Con ello, contrario a las expectativas que había de que,
bajo el liderazgo del Gobierno, se aprovecharía la ocasión para poner
en práctica las principales recomendaciones de la Misión Cafetera, las
partes, motivadas seguramente por los beneficios mutuos que derivan de
un arreglo institucional que viene de décadas pasadas, prefirieron
mantener el statu quo.
Así las cosas, y como ha ocurrido con
otras misiones de especialistas cafeteros, el destino final de las
mismas termina siendo más académico que práctico.
Esto pone de
presente lo complejo que resulta, en el caso de la caficultura, adoptar
cambios más radicales. Se prefieren los ajustes pequeños y mesurados, lo
que no asegura que se avance en las transformaciones que se requieren.
Lo que queda es que las buenas condiciones económicas por las que
atraviesa el cultivo ayuden a acelerar dichas transformaciones.
http://www.elcolombiano.com/opinion/columnistas/enroque-cafetero-HB4571292
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