La historia más antigua del origen del café proviene de Etiopía, sin embargo, el hecho de tomar la bebida que se origina con el cultivo del grano y su posterior tostado proviene de Arabia.

El cafeto pertenece a la familia de las rubiáceas, género Coffea. La especie robusta (Coffea canephora), se cultiva a una altitud inferior a los 800 m.s.n.m. La arábiga (Coffea arabica) se cultiva entre 800 y mil 800 m.s.n.m., en tipos de suelo específico que le confieren características organolépticas definidas, y que por su mismo cultivo puede generar un grano de calidad.

Es una bebida legendaria que ha sido catapultada por la figura del barista y la tendencia mundial hacia un café gourmet o de excelencia.

Un espresso se realiza en una máquina italiana.

Los baristas han perfeccionado los métodos de extracción para saborear un café con mayor consistencia, utilizando ya sea el sifón japonés o la prensa francesa.

Si bien, en una taza de café se identifica la acidez y aromas tostados, ésta es la última etapa de un producto agrícola que proviene de ejidos y pequeñas comunidades en zonas tropicales, un legado de familias que procuran generar la fruta más aromática y expresiva.

Comunidades de cafetaleros mexicanas, procuran un grano con propiedades especiales, y donde el barista busca el tostado perfecto.

De acuerdo a la FAO Latinoamérica es, junto con el Caribe, la región productora de café más importante en el mundo con más de 60 millones de sacos al año.

Uno de los países que mejor papel juega en esta industria es Colombia, que ha llegado a producir más de 600 mil ton de sacos. Colombia cuenta con un eje cafetalero, en los departamentos del norte del Valle, Risaralda, Quindío y Caldas que por sus condiciones geoclimáticas pueden cosechar café fresco todo el año.

Las cooperativas en Colombia, aseguran el pago inmediato al productor, con exportaciones fluctuantes pero significativas que refuerzan la industria.

Otros países productores como México, Costa Rica, Guatemala y El Salvador. Bolivia están generando expectativas con una producción anual relativamente pequeñas, 100 mil sacos de 60 kilos cada uno.

Un enemigo en la producción del café en Centroamérica es la roya; una enfermedad causada por el hongo Hemileia vastatrixque provoca la caída de las hojas antes de la maduración idónea de la fruta, y por ende la caída prematura de ésta.

En opinión del especialista en manejo de recursos naturales Yair Merlín Uribe, quien trabaja en el proyecto Innovación socio-ambiental en zonas cafetaleras mexicanas para la reducción de la vulnerabilidad en la región chiapaneca, confirma que “la roya ha diezmado el café en México, y se estima que para este año se perderá entre 60% y 80% de la producción, por los efectos de esta plaga”.

Una alternativa en el mercado del café mexicano es la producción orgánica. De acuerdo con la investigación llevada a cabo por la Universidad de Chapingo, denominada “Los costos de producción del café orgánico del estado de Chiapas y el precio justo en el mercado internacional”

Este tipo de agricultura se inició en México desde 1963, en la Finca Irlanda, localizada en el municipio de Tapachula.

Esta ruta turística podría significar el mejor pretexto para conocer el cultivo del café en el sureste mexicano.

Chiapas produce 75% de la producción del café con agricultura orgánica en México, generalmente para exportación.

México produce en promedio de 5 millones de sacos; con un consumo per cápita limitado, siendo mucho más alto el del café soluble.