Café de Honduras - Entrevista, Marysabel Caballero, ganadora de la Taza de la Excelencia de Café 2016
12:36:00Marysabel Caballero, ganadora de la Taza de la Excelencia de Café 2016
Ninfa Arias
16 Jul, 2016 - 12:30 am
La productora Marysabel Caballero es una de las máximas exponentes de
la caficultura hondureña, un trabajo que en su familia se ha heredado
de generación en generación. Su éxito más reciente fue producir un café
especial que resultó el mejor pagado en el programa de subastas de la
Tasa de la Excelencia, alcanzando 120 dólares la libra, en competencia
con auténticas potencias del café.
Después de varias semanas de disfrutar de su gran triunfo, Día 7
encontró a su entrevistada, no sentada cómodamente en un escritorio,
sino en su finca El Puente, en Marcala, La Paz, junto a su esposo,
supervisando las labores de limpieza y cuidado de la plantación, porque
la vida sigue y hay que seguir trabajando en la calidad del principal
producto de exportación de Honduras.
¿De dónde nace su vocación por la agricultura?
Del lado de mi mamá, que es de Marcala, y soy la cuarta generación de
caficultores. Ese amor a la tierra lo transmitió mi bisabuelo a sus
hijos y sus hijos a sus nietos y así vino ese apego a la tierra.
¿Su madre es caficultora?
Mi madre vivió en la finca de café y ella le enseñó ese amor a mi
papá, que era de Tegucigalpa, por la finca y ambos nos transmitieron ese
amor por el trabajo que hemos desarrollado.
¿Es muy sacrificada la agricultura?
Requiere mucho trabajo y a veces los resultados no se ven, a veces sí se ven. Usted sabe que el ojo del amo engorda el ganado.
¿Qué variedades tiene en la finca?
Tenemos varias: borbón, típica, catuaí, pacamara, geisha, yava, moca y
estamos desarrollando 35 variedades más, que estamos llevando a
experimento para ver la calidad y si el cultivo se adapta a la finca.
¿Cuánto tardan en desarrollar una variedad?
10 años aproximadamente porque el proceso es largo. Los primeros
cinco años de producción se prueba si en ese ambiente el café funciona
bien, lo siembra, porque de nada le serviría sembrar un área si el café
no le va a funcionar.
¿Trabaja en los cafés especiales?
Sí, hace muchos años. Trabajar las cosas bien es un hábito, aunque
sepa que ese café lo va a vender bien o que va a valer igual que si lo
trabajara mal. Gracias a Dios y al Ihcafé que comenzó trayendo la Taza
de la Excelencia y en el 2004 se hizo de forma internacional para sacar
los cafés especiales.
¿Ya habían ganado la taza?
En el 2004 participamos y ganamos el segundo lugar. Ese año no
conocimos compradores porque este mercado es despacio, es un mercado de
confianza, de familia.
Se desanimaron…
No, volvimos en el 2005 y nuevamente obtuvimos el segundo lugar. Dios
sabía lo que hacía, pero uno siempre busca el primer lugar. Unos
catadores vinieron en el 2004 y uno de ellos me dijo: mi café favorito
es el tuyo, pero ahorita yo soy un comprador pequeño y no lo puedo
comprar, un día voy a ser grande y lo voy a comprar.
¿Y volvió él?
En el 2005. Según nosotros venía a comprarnos un lote grande, pero
nos compró un lote chiquititito. Con él fuimos creciendo poco a poco y
ahora él es de las compañías grandes.
¿con cuáles variedades compitió?
Catuaí fue la primera y el Geisha.
¿Cómo lograron anotarse ese hit con el Geisha?
Si ahorita me lo pregunta, nosotros no lo entendemos. Esto lo vemos
como un triángulo, que la base es Dios porque sin su gracia nada es
posible; luego, las instituciones que nos han ayudado (Ihcafé y el
programa de la Taza de la Excelencia, el exportador) y la parte técnica
que tenemos.
¿Qué pasó con esos 120 dólares por libra?
No le puedo decir. Honduras fue la primera subasta, luego Costa Rica y
ellos dijeron tenemos que sobrepasar ese precio de Honduras y solo
llegaron a 52 dólares; luego seguía Guatemala –que tienen un nombre en
café—y los dos primeros lugares de Guatemala también eran Geisha con
buen puntaje, pero llegó a cincuenta dólares. Al día de hoy, no puedo
darle una explicación.
¿Cómo recibieron ustedes la noticia?
El Ihcafé hace un evento para que los productores veamos en línea la
transmisión y cuando yo llegué al evento, créamelo, yo me dije: con 30
dólares doy brincos, porque el café anterior que rompió récord había
sido 35.10, que es buen precio en la subasta.
No iba muy optimista…
La verdad es que los mercados de ahorita no están como otros años,
las monedas de los países que nos compran están depreciándose y no
pensaba en un récord tan alto. Empezó subiendo la subasta, de repente
llegó a 20, ¡ah…! Luego, a 30 y cuando sube a 40, yo ya dije esto es un
regalo.
¿Y cuando pasó los 100?
Ya no tenía hambre. Menos de seis quintales se colocaron en la
subasta. La Taza de la Excelencia es un trampolín que nosotros tenemos,
una vitrina que no cuesta nada y que Ihcafé paga esos derechos. Como
productores mandamos nuestro café a exhibición para que todos los
compradores prueben ese café.
¿Y ahora qué va a pasar?
Tenemos que seguir trabajando como si comenzáramos la cuesta y
poniendo la doble, hasta lograr una calidad a cero defectos, no importa
si lo vamos a vender en el mercado internacional o si es para el consumo
interno. La calidad debe ser perfecta.
¿Cuántos compradores probaron su café famoso?
70 compradores y ellos son los que le apuestan al café, y depende del
número de apostadores que logre su café, el precio va subiendo hasta
lograr un tope.
¿Cómo debe verse este récord?
No solo es un éxito personal y de familia, sino que como país lograr
que Honduras rompa récord en la subasta internacional es excelente. Nos
abrimos campo a nivel de 13 países como Colombia, Guatemala, Costa Rica,
los países africanos que compiten con café que nosotros no tenemos.
¿A qué países llegó el café de ustedes?
Lo compraron dos personas y las compañías son japonesas. Es un mercado que nosotros no teníamos.
¿Usualmente, a dónde se va su producción?
Este café especial lo producimos desde el 2010, pero teníamos un
compromiso moral con la persona que nos trajo las semillas, él nos lo
compraba. Este año producimos un poco más y él nos dijo que podíamos
venderlo a otra persona o a la Taza. Nos dio permiso.
¿Cuántas veces ha participado en el programa?
Esta es mi quinta vez, de las 13 tazas que hemos tenido. Una cosa
bien importante, para participar en la Taza de la Excelencia no escogí
de un lote chiquito, sino que de un lote grande, porque todo el café lo
procesamos bien, con todos los cuidados y los pasos que se dan.
¿Cómo es eso de la calidad del café?
Cuando está maduro el grano y usted lo corta, la calidad ya no la
puede mejorar, pero la puede mantener. Como productores, cuidamos la
calidad, no debemos bajarle la calidad nunca.
¿Qué le recomendaría a sus colegas?
Que trabajemos bien el café, como si cada lote fuera para competir
internacionalmente. Por muchos años, hemos vendido localmente nuestro
café y la exportadora que nos compraba recibía un café bonito y de
calidad.
El negocio del café lo puede hacer rico o muy pobre, de un día para otro…
Nosotros hemos pasado por momentos sumamente terribles, en que el
precio del café estaba debajo de 60, pero aún así seguimos adelante,
aunque se nos rodaban las lágrimas de sangre en ese negocio, porque uno
tiene esperanza.
¿Han tenido sus vicisitudes?
Hemos vivido grandes dificultades por muchos años, pero siempre
estamos agradecidos de haber encontrado la Taza de la Excelencia, porque
conocimos a una persona con la que tuvimos una relación directa y con
ella hemos trabajado toda la vida. Hay que mantener la calidad porque el
comprador siempre quiere lo mejor. Todos los años debemos tener
constancia.
¿Qué tal su viaje a Dublín?
Conocimos a las personas que nos compraron el café y estuvimos en
contacto con nuestros compradores. Este negocio es de relación y
confianza, hasta la muerte.
¿Cuánto camino nos queda para que Honduras tenga nombre por su café, así como Colombia o Costa Rica?
Vamos caminando bien, Honduras se está haciendo un nombre en la
calidad del café. Estos 13 años de Taza de la Excelencia lo estamos
haciendo bien. Comsa apareció en el Súper Bowl, el tostador pequeño que
les compra a ellos tuvo la oportunidad de poner ese anuncio y eso nos
dice que vamos caminando. Capuca, Café de Occidente van saliendo
adelante.
¿Y la denominación de origen?
Marcala ya tiene su DO y comprende toda la cordillera de Montecillos,
Intibucá y parte de Santa Bárbara. Le voy a contar una anécdota: mi
papá tuvo la primera relación directa con un comprador y esta persona
que le compró su café le puso de nombre café La Tortuga.
Mi papi le dice: que nombre más feo le pusiste a mi café. ¿Cómo le pusiste eso?
Te voy a decir por qué, le dice el comprador. El café de Honduras me
cuesta ahorita venderlo.
Tu café tiene un gran potencial. Tienen un gran
café, es muy bueno, pero me cuesta venderlo, porque no tienen un
nombre, como país.
Si seguís trabajando con paso firme este café va a llegar un día que
tu café lo van a conocer y lo van a querer. Y va a pasar, como el cuento
de la liebre y la tortuga.
Y en el 2010, en la feria de cafés especiales del mundo, mi papá
obtuvo un premio mundial.
Ese día, le dijo el comprador, te acuerdas lo
que te dije, pero todavía la meta está lejos.
Ese comprador es el organizador de las ferias internacionales y en
Dublín lo acabo de ver y me dijo: estoy emocionado, como Honduras
alcanzó ese récord. Y sabes qué, me dice, aún falta para alcanzar a la
meta.
–¿Y usted ya llegó a la meta?
Aún nos falta trabajo para alcanzar la meta. Somos gente luchadora y
así nos ve el mundo, que luchamos por mantener la calidad. Esto no es de
dormirse.
Y aquí, entre cafetales, constatando el trabajo en la finca, cerramos
la entrevista, en un lugar de Marcala, donde el trabajo es la
agricultura y su gente, robusta, pequeña y fuerte, empuña un trabajo
rudo.
http://www.latribuna.hn/2016/07/16/marysabel-caballero-ganadora-la-taza-la-excelencia-cafe-2016/
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