Información - El Keylor Navas del café vive en Palencia
23:37:00El Keylor Navas del café vive en Palencia
El
bicampeón mundial de cata de café, el costarricense Gabriel
Céspedes, selecciona los mejores granos en la fábrica palentina de
Prosol, a la que llegó de la mano de Rocío Hervella quien lo
descubrió hace 7 meses en la feria de Costa Rica
FELIPE RAMOS 22/06/2016
Grabiel Céspedes muestras en sus manos los granos de café en la fábrica palentina de Prosol. - MIGUEL Á. SANTOS
Todos los días desayuna una taza de café, solo, sin azúcar y
americano, no concentrado. Y lo mismo al salir de trabajar. Esta rutina
diaria, que firmaría cualquiera, es la del mejor catador de café del
mundo, el costarricense Gabriel Céspedes, el Keylor Navas del café que
ahora vive en Palencia.
Fue en 2005 cuando este bicampeón del mundo de cata de café comenzó a
darse cuenta que su paladar, del que da gracias a dios por habérselo
dado, y su olfato estaban por encima del resto cuando de saborear y
decidir cuál es el mejor café se trata. Cuatro mundiales y dos títulos,
los dos últimos consecutivos, jalonan a Gustavo Céspedes.
«Lo más difícil de catar un café es no poder quedarse con todos a la
hora de decidir, porque cuando tenemos este gusto todos nos parecen
buenos», asegura este joven, porque apenas tiene 29 años, costarricense
que acaba de fichar la empresa palentina Productos Solubles (Prosol), lo
que para Gabriel Céspedes «es un sueño».
El café es su pasión, la misma que aplica en su día a día para
saborear el aroma, el sabor, la acidez, el cuerpo y el dulzor de todos
los granos que muele, diluye en agua y se lleva a nariz y boca. Eso es
lo que le ha hecho ser el mejor en lo suyo, en ser capaz de descubrir lo
que se esconde detrás de un grano, ya sea de su Costa Rica natal,
Brasil, Kenia o Colombia, por citar solo algunos de los que el brillante
catador de Prosol considera los mejores del mundo.
«Ser el mejor catador lo asocio más bien a la pasión que he tenido
por el café y, sobre todo, a este don que dios me ha dado que, con
dedicación y ganas de aprender día a día, he sabido explotar», explica
Gabriel Céspedes quien, como el portero del Real Madrid, mira a su dios
para agradecerle el don que le ha dado, «un paladar espectacular».
Fue en noviembre del año pasado, según este costarricense que es
quien más sabe de café, cuando Gabriel Céspedes conoció a Rocío
Hervella, consejera delegada y cofundadora junto a Julián Espegel de
Prosol.
Rocío Hervella se fija en él desde el primer momento y lo hace porque
están buscando «al mejor» catador para su fábrica y en Gabriel Céspedes
encontraron a su Keylor Navas particular.
«Fue en la feria de café de Costa Rica cuando me dice que están
interesados en un catador y fue ahí cuando pensé que se me abrían las
puertas para pensar en venirme a España y formar parte de esta gran
empresa que es Prosol», relata.
En palabras de Gabriel Céspedes, «el sueño para cualquier persona es
poder trabajar fuera de su país». Y eso es justo lo que el mejor catador
de café del mundo hace los últimos siete meses, en los que desgrana su
sapiencia para seleccionar los mejores granos de café que llegan a
Prosol.
Aunque cuando de hablar del mejor café, el café de los muy cafeteros
se trata, Céspedes no tiene dudas: «El mejor café del mundo es el de
Costa Rica». Una pasión por su tierra que se frena en cuanto aflora el
profesional, ese que le lleva a decir que «todos los cafés del mundo son
los mejores, porque cada país cuenta con características que los hacen
ser diferentes». Pero solo él, y algunos pocos que le disputan ese cetro
mundial, tienen ese don natural, que es como lo califica Gabriel
Céspedes, para decidir el mejor entre los mejores, el café de los muy
cafeteros, el que buscaba Juan Valdés.
En su olfato y paladar profesional no hay lugar para los «gustos
personales». A la hora de calificar un café, sea cual sea y venga de
donde venga, «como catadores tenemos que valorar cada uno de sus
atributos, sean o no de nuestro gusto; solo así podemos darle la nota
que se merece», remarca Céspedes, quien acto seguido detalla cómo catar:
«Para catalogar un buen café es necesario tener una serie de atributos a
evaluar como el aroma, el sabor, la acidez, el cuerpo y el dulzor. Es
eso lo que nos permite valorar y considerar lo bueno que puede ser ese
café. Todos los atributos tienen que ir de la mano».
Y es que cuando se habla de catación, Gabriel Céspedes, como Keylor
Navas en un penalti solo ve al balón y al rival, tiene todos los
sentidos puestos en el grano, primero, y en la taza, después; «los
gustos personales quedan de lado y, como catadores, tenemos que valorar
cada uno de sus atributos ya sean de nuestro gusto o no porque solo así
le daremos la nota que se merece», puntualiza.
La cata es un arte que Céspedes realiza a diario, incluso cuando se
está tomando ese café antes de entrar o salir del trabajo o con los
amigos, «a los que siempre trato de ayudarles y darles opciones de cómo
prepararlos», aclara. Moler el grano, echarlo en el vaso de cristal
derramando con suavidad el agua caliente y, a partir de ahí, remover con
la cuchara de atrás y hacia adelante el café que se habrá ido arriba
mientras se olfatea.
Se limpia la cucharilla en agua para, acto seguido, tomar una muestra
de café y llevársela a la boca sorbiendo que, en la cata, no es que no
sea una falta de educación es que es absolutamente necesario para
impregnar la boca con todos los matices de ese café. Ese aroma, sabor,
acidez, cuerpo y dulzor que solo un genio como este costarricense es
capaz de descubrir en un solo sorbo. Como si nada, con la misma
naturalidad con la que aconseja a sus amigos sobre qué café tomar. Y así
hasta 150 tazas, que son las que Gabriel Céspedes puede llegar a catar
al día de 30 muestras distintas de café.
http://www.elcorreodeburgos.com/noticias/castillayleon/keylor-navas-cafe-vive-palencia_127959.html
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