Café de Cuba - Cuba, el monopolio cafetero del Estado

8:36:00

Cuba, el monopolio cafetero del Estado

A los campesinos no se les permite comerciar su cosecha dentro de la Isla, mucho menos exportarla

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LAS TUNAS, Cuba.- “Nadie puede pensar que un pequeño productor agrícola puede exportar directamente a los Estados Unidos. Para que esto sea posible tienen que participar empresas cubanas de comercio exterior y tienen que producirse transacciones financieras en dólares que hasta ahora no se han podido concretar”, decía el pasado mayo el Buró Nacional de la Asociación de Agricultores Pequeños (ANAP), apropósito de la autorización del Departamento de Estado para que productores privados cubanos exportaran café a Estados Unidos.

Pero no pocos agricultores cubanos se preguntan cómo llevar su café a Estados Unidos si en el propio suelo cubano no pueden disponer libremente de sus cosechas, situándose fuera de la ley cuando entre particulares realizan operaciones comerciales cafeteras.

Una persecución equivalente a la ejercida sobre el narcotráfico internacional sufren en Cuba quienes se arriesgan a comerciar café por cuenta propia burlando el monopolio del Estado.

Pero aunque la policía ha empleado hasta perros amaestrados para detectar café oculto en medios de transporte tanto público como particular, los cafeteros se las ingenian para traer de la montaña cargas de café que oscilan entre las pocas libras que pueden camuflarse en compartimientos ocultos de un vehículo ligero, ya sea un jeep o un automóvil, hasta la muy valiosa carga que puede transportarse en un camión cisterna con el tanque debidamente compartimentado. Y esto no constituye secreto.

Es vox populi que hasta los policías consumen café de contrabando porque el derecho consuetudinario (la costumbre) ha invalidado las prohibiciones del régimen. El cafetero cubano, tanto el caficultor como el comerciante, es valiente, persistente e ingenioso; lleva más de 50 años haciendo su trabajo bajo persecución sistemática, tanto policial como política: pero si no fuera por él, en Cuba no se tomara café legítimo cada mañana.

Pero otra cosa es llevar un alijo de café a Estados Unidos.

En fecha tan temprana como el 22 de junio de 1962, el régimen promulgó la Ley No.1035 mediante la cual sancionó con 180 días de cárcel “a los acaparadores de productos agrícolas”.

Ahora el vigente Código Penal cubano, por el delito de “especulación y acaparamiento”, sanciona con privación de libertad de tres meses a un año o multa de cien a trescientas cuotas o ambas (las cuotas pueden ser de uno a 50 pesos, por lo que una multa puede ser de 15 mil pesos) al particular que “adquiera mercancías u otros objetos con el propósito de revenderlos para obtener lucro o ganancia” o, “retenga en su poder o transporte mercancías o productos en cantidades evidente e injustificadamente superiores a las requeridas para sus necesidades normales”.

Pero aunque ahora, con su política de despenalización de algunas figuras “delictivas” el régimen no sanciona con privación de libertad (salvo concurrencia de delitos de peligro) el mercadeo de café que burla el monopolio estatal, sí prosigue persiguiendo con el mismo encono de hace más de 50 años a los violadores del estanco cafetero.

“Sin piernas no paraba de reírse”, así refería el teniente coronel de la Seguridad del Estado Tamayo, a cargo de la policía económica de la provincia Las Tunas en los años 80 del pasado siglo, el estado de estrés postraumático sufrido por el cafetero Grillo, cuando huyendo de la policía a campo traviesa, el camión en que transportaba una carga de café se volcó, cercenándoles ambas piernas.

Mutilado, hoy Grillo va en un carretón tirado por un caballo, o a pie, en muletas, víctima del monopolio que el Estado cubano ejerce sobre el comercio del café, y cabe preguntarse: ¿Por qué y para qué el embargo cafetero en Cuba; no a Cuba por los Estados Unidos, sino del régimen que gobierna la Isla sobre los cubanos? ¿Para darles a tomar café mezclado con chícharos?

Una mujer que no quiso identificarse para este reportaje sufrió quemaduras y estrés postraumático por la explosión de una cafetera mientras preparaba el desayuno. Ya el sólo borboteo de cualquier cafetera la hace alejarse de ellas.

Otra ama de casa que prefiere el anonimato salió ilesa de una explosión parecida de puro milagro: “tocaron en la puerta y cuando fui a abrir la cafetera explotó”, dice.

La explosión de cafeteras mientras filtran chícharo mezclado con café ya es causa de choteo en Cuba. “Choteo, porque en Cuba son raros los procesos por daños y perjuicios incoados por los ciudadanos contra las empresas estatales”, dice un abogado.

Con todo, en las etiquetas de los paquetes de café mezclado con chícharos que el Estado vende a los cubanos a través de la cartilla de racionamiento ya advierte: “Coloque la cafetera sobre la hornilla preferiblemente a fuego lento.”

Como el perro del hortelano, pero no tanto. Según información del propio gobierno cubano, en 1961 Cuba producía 60 mil toneladas de café en las 167 mil hectáreas cultivadas por caficultores particulares. Pero la cosecha 2015-2016 sólo produjo 5 687 toneladas, y con todo “sobrecumplió” el plan estimado que era de 5 503 toneladas, según dijo el pasado marzo a medios gubernamentales en conferencia de prensa Alexis Legrá, director de Café, Cacao y Coco del estatal grupo empresarial Agroforestal del ministerio de la Agricultura. En Cuba hoy sólo unas 67 mil hectáreas están dedicadas al cultivo del café con “deprimidos rendimientos de 0,14 toneladas por hectárea”, dijo el director Legrá a medios oficiales.

Cuba exporta café de primera calidad e importa chícharos y café inferior para el consumo interno, que el gobierno distribuye a la población mediante la libreta de racionamiento. Un kilogramo de café Serrano en las Tiendas Recaudadoras de Divisas (TRD) cuesta 14,50 pesos convertibles (equivalentes a dólares), esto es 362,50 pesos o más de la mitad del salario mensual promedio nacional.

¡Bandidos…! ¿Dónde están los bandidos? Contaba el general Tomasevich –jefe de las tropas que enfrentaban a quienes, contrarios al régimen comunista primero negado y luego adoptado por Fidel Castro, lo combatían con las armas en las montañas del Escambray en los años 60–, que trataba de explicar al Comandante la situación operativa de los sublevados, unas veces llamándolos alzados, otras rebeldes, otras guerrilleros, cuando Fidel Castro lo atajó diciendo: no divagues más chico, llámalos “bandidos”.

Huelga decir que entre las 100 mil hectáreas que hoy no producen café en Cuba están las expropiadas a los colaboradores de “bandidos” en virtud de la Segunda Ley de Reforma Agraria del 3 de octubre de 1963 la que en su primer acápite decía: “(…) poseedores burgueses retienen en sus manos en detrimento del pueblo trabajador, bien obstruccionando la producción de alimentos para la población, especulando con los productos o utilizando con fines antisociales y contrarrevolucionarios los elevados ingresos que obtienen de la explotación del trabajo.”

Pero no son “poseedores burgueses” quienes durante años vienen pagando el café de forma inicua al campesino cubano: el Estado pagaba al agricultor 50 pesos por quintal (100 libras) de café, luego subió el precio a 200 pesos y ahora paga 392. Cualquiera pudiera pensar que se está haciendo justicia con el alza de precios a zancadas, pero no es tan así.

“En el proceso de torrefacción el café pierde alrededor de un tercio de su peso,” dijo a este corresponsal un antiguo operario del tostadero de café que existió en Puerto Padre donde hoy tiene su sede la Fiscalía del territorio.

Siendo así, un quintal –esto es 46 kilogramos salidos del secadero del caficultor– rendiría unos 30,60 kilogramos de café tostado que vendidos en TRD producen 379,44 CUC.

En las TRD, cuatro paquetes de café El Arriero, de 250 gramos cada uno, cuestan 12,40 CUC. Con lo que produce un quintal de café El arriero vendido en TRD el Estado cubano puede comprar 24,19 quintales de café a los agricultores que trabajan para él.

Mientras ese monopolio de Estado exista y opere con semejantes ganancias, aunque el Departamento de Estado de Estados Unidos lo haya autorizado, difícil será ver en ese país a campesinos llegados de la Isla con café cubano.


https://www.cubanet.org/mas-noticias/cuba-el-monopolio-cafetero-del-estado/



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