Café de Cuba - Café en tiempos de cambios

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Café en tiempos de cambios

Hildebrando Chaviano Montes | La Habana | 9 de Mayo de 2016 - 10:13 am.


El anuncio del Departamento de Estado de EEUU de que se permitiría la importación de café cubano a ese país, provocó en el Gobierno una reacción iracunda reflejada en la declaración emitida por el Buró Nacional de la Asociación de Agricultores Pequeños (ANAP).

Supuestamente a nombre de los campesinos cubanos, pero en realidad como testaferro de los intereses del Partido Comunista y del dictador, la ANAP, a espaldas de los productores de café y en contra de sus intereses, rechaza la posibilidad de exportar café al vecino del norte al interpretar como una agresión que para ello "los empresarios cubanos tienen que demostrar su independencia del Estado", y que esta es otra medida anunciada con el fin de "apoyar la capacidad del pueblo cubano para lograr un mayor control de sus propias vidas y determinar el futuro de su país".

La dictadura, por boca de su instrumento ad hoc argumenta un supuesto derecho a ser tratada como nación más favorecida en el comercio con Estados Unidos para no tener que pagar tarifas aduanales más altas, lo cual haría prácticamente imposible la importación de productos cubanos en ese país.

Igualmente, se refiere a que se ignora que la Ley de Reforma Agraria hizo dueños de las tierras a más de 200.000 familias campesinas en 1959, lo cual desmintió recientemente el propio vicepresidente Machado Ventura cuando amenazó a los campesinos incumplidores con quitarles las tierras porque a fin de cuentas todas son del Estado. Así mismo, la ANAP invoca la política del Estado hacia el desarrollo económico y social del campesinado y tres o cuatro garantías que amén de ser obligaciones estatales, han sido insuficientes y tardías.

Y por fin la dictadura muestra el rostro cuando declara que nadie puede pensar que un pequeño productor agrícola puede exportar directamente a Estados Unidos y defiende la participación de las empresas cubanas de comercio exterior (estatales por supuesto) en las transacciones. Aquí se olvidan de que el Gobierno cubano exige trato igual para Cuba en las relaciones comerciales, y que dentro de lo igual es necesario contemplar que los empresarios norteamericanos tienen por costumbre para el resto del mundo establecer relaciones comerciales con empresarios privados y no con empresas gubernamentales. ¿En qué quedamos?

A continuación, la declaración la emprende con las consabidas consignas de barricada tan convenientes a la perpetuación del régimen, y tan dañinas para el desarrollo del pueblo cubano y su libertad.

De la decisión del Departamento de Estado con respecto al café de la Isla, los cafetaleros de Guantánamo se habrán enterado el mismo día 5 de mayo por el diario Granma, y no el 22 de abril cuando fue anunciada. Por supuesto, ninguno de ellos participó en la redacción de esta declaración espuria que los perjudica y los declara públicamente propiedad del dictador cubano, sin derecho a establecer relaciones comerciales por sí mismos como cualquier otro productor del planeta, y ni siquiera la oportunidad de pronunciarse al respecto.

El Gobierno no quiere cambios económicos porque ellos conllevarán pérdida de poder político. Lo mismo le pasó a la Corona española cuando contra toda lógica prefirió enfrentar el levantamiento armado que acceder al deseo de los cubanos de ser independientes económica y políticamente de la metrópoli.

El lastre burocrático disfrazado de ideología impide el desarrollo de Cuba y a los oligarcas de nuevo cuño no parece importarles. Su defensa del socialismo a ultranza suena a desespero ante lo inevitable, el marxismo-leninismo-castrismo no pudo demostrar su viabilidad y pasó a ser parte de la historia oscura de la humanidad como lo fue la Santa Inquisición y el nazi-fascismo. El propio alternante presidente/primer Ministro de Rusia, Vladimir Putin, lo expresó parodiando a un personaje de la política norteamericana de la época macartista, "el que no sienta nostalgia por la Unión Soviética no tiene corazón, el que quiere que regrese no tiene cerebro".

No hay que darle más vueltas al asunto, el pueblo cubano, los norteamericanos y el resto del mundo no quieren derrocar una revolución que solo existe en la mente obsesa y egoísta de unos cuantos parásitos, lo que queremos los cubanos es disfrutar de la democracia y la libertad económica que ha permitido a los países del continente tener indicadores económicos que a pesar de la crisis mundial son infinitamente superiores a los de Cuba.


http://www.diariodecuba.com/cuba/1462781161_22236.html



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