Productores avanzan en adaptar el café al cambio climático

12:18:00


Productores avanzan en adaptar el café al cambio climático

Caficultores con pequeñas y medianas extensiones de cultivo en El Trifinio aplican medidas preventivas con el apoyo de Fundación Friederich Neumann.

23 de Mayo de 2016 a la(s) 6:0 / Lourdes Quintanilla


Un grupo de 1,500 cafetaleros que cultivan en la región El Trifinio trabaja en cambiar sus prácticas agrícolas para que el cultivo desarrolle mayor resistencia al cambio climático, en especial por el calor y la falta de humedad.

La Fundación Friederich Neumann, de origen alemán, eligió a esta región que comparten Guatemala, El Salvador y Honduras para ejecutar el programa Clima y Café. En la zona vive más de 1 millón de personas y hay cultivo de café en 22 de los 45 municipios (entre los tres países).

“Centroamérica siempre apareció entre las regiones más vulnerables al cambio climático y ahí se vio la necesidad de evaluar los sistemas productivos”, dijo Pablo Ruiz, coordinador del programa Café y Clima de la Fundación F. Neumann en El Trifinio. “Estamos buscando prácticas de adaptación”, enfatizó.

En El Salvador, el enlace de Neumann para encontrar las prácticas adecuadas es la Fundación Salvadoreña para Investigaciones de Café (PROCAFE), en Honduras el IHCAFE y en Guatemala, ANACAFE.

Son tres acciones puntuales que los productores y los técnicos han puesto en marcha. La primera es fortalecer las raíces del cafeto, la segunda es acompañar al cafeto con otras plantas beneficiosas (cultivos de cobertura) y el uso de la tecnología en todo el proceso.

Desde que comenzó la primera fase del proyecto en El Trifinio, en 2013, ya comenzaron a observar resultados. “Hemos conseguido reducir la temperatura del suelo a menos de 30 grados (centígrados), incluso en verano”, explicó Ruiz.

La temperatura del suelo es uno de los elementos más importantes para el desarrollo saludable de las plantas y animales que conviven en la misma zona (ecosistema). Según Ruiz, un suelo con más de 33 grados de temperatura daña la raíz del café y, si son más de 35 grados, afecta también a las hojas. Un suelo fresco también ayuda a que el fruto del café tenga un mejor tamaño, de acuerdo con Ruiz.

Ajonjolí, pepeto y aguacate

Una de las actividades más visibles en el programa Clima y Café es la cobertura vegetal, que protege al arbolito del sol mientras madura y además provee algún tipo de ingreso al productor.

“En Honduras hemos encontrado mayor aceptación para prácticas nuevas, que se salen de lo tradicional”, comentó Ruiz.

El proyecto trabaja con 300 caficultores en El Salvador, 300 en Guatemala y 900 en Honduras.

Previn Valdivezo, técnico designado por la fundación alemana en Santa Teresa (en el departamento de Ocotepeque, Honduras), sembró ajonjolí y gandul para darle sombra al arbolito de café que no ha madurado. Cuando el cafeto alcance la edad para producir, también tendrán árboles de aguacate como sombra, que proveen de ingresos extra.

Óscar Ramos, gerente técnico de PROCAFE, señaló que en El Salvador están aplicando la cobertura temporal con higuerillo y gandul, mientras que la permanente con pepeto y otros árboles frutales.

Ramos agregó que otra medida que introdujeron es mantener el suelo con condiciones adecuadas para el cultivo de café.

Stine Albrecht, coordinadora global de la iniciativa Café y Clima, señaló que con la primera fase del programa incorporaron a 4,000 productores a las prácticas de adaptación. Además de El Trifinio, participan Brasil, Tanzania y Vietnam.

La segunda fase tomará de 2016 a 2019 y el objetivo principal es compartir las lecciones aprendidas sobre adaptación al cambio climático con extensionistas y otros actores que tienen incidencia en la cadena del café (Gobierno, organizaciones). La meta es transferir conocimientos a unas 60,000 personas.

Albrecht detalló que en el caso de café llamado bajío (de 600 a 800 metros sobre el nivel del mar) “la diversificación es una opción” y que cada país tiene prioridades diferentes que atender.

PROCAFE participó en una investigación que determinó que el cambio climático amenaza a más del 80 % del parque cafetalero en El Salvador.






Un grupo de 1,500 cafetaleros que cultivan en la región El Trifinio trabaja en cambiar sus prácticas agrícolas para que el cultivo desarrolle mayor resistencia al cambio climático, en especial por el calor y la falta de humedad.

La Fundación Friederich Neumann, de origen alemán, eligió a esta región que comparten Guatemala, El Salvador y Honduras para ejecutar el programa Clima y Café. En la zona vive más de 1 millón de personas y hay cultivo de café en 22 de los 45 municipios (entre los tres países).

“Centroamérica siempre apareció entre las regiones más vulnerables al cambio climático y ahí se vio la necesidad de evaluar los sistemas productivos”, dijo Pablo Ruiz, coordinador del programa Café y Clima de la Fundación F. Neumann en El Trifinio. “Estamos buscando prácticas de adaptación”, enfatizó.

En El Salvador, el enlace de Neumann para encontrar las prácticas adecuadas es la Fundación Salvadoreña para Investigaciones de Café (PROCAFE), en Honduras el IHCAFE y en Guatemala, ANACAFE.

Son tres acciones puntuales que los productores y los técnicos han puesto en marcha. La primera es fortalecer las raíces del cafeto, la segunda es acompañar al cafeto con otras plantas beneficiosas (cultivos de cobertura) y el uso de la tecnología en todo el proceso.

Desde que comenzó la primera fase del proyecto en El Trifinio, en 2013, ya comenzaron a observar resultados. “Hemos conseguido reducir la temperatura del suelo a menos de 30 grados (centígrados), incluso en verano”, explicó Ruiz.

La temperatura del suelo es uno de los elementos más importantes para el desarrollo saludable de las plantas y animales que conviven en la misma zona (ecosistema). Según Ruiz, un suelo con más de 33 grados de temperatura daña la raíz del café y, si son más de 35 grados, afecta también a las hojas. Un suelo fresco también ayuda a que el fruto del café tenga un mejor tamaño, de acuerdo con Ruiz.

Ajonjolí, pepeto y aguacate

Una de las actividades más visibles en el programa Clima y Café es la cobertura vegetal, que protege al arbolito del sol mientras madura y además provee algún tipo de ingreso al productor.

“En Honduras hemos encontrado mayor aceptación para prácticas nuevas, que se salen de lo tradicional”, comentó Ruiz.

El proyecto trabaja con 300 caficultores en El Salvador, 300 en Guatemala y 900 en Honduras.

Previn Valdivezo, técnico designado por la fundación alemana en Santa Teresa (en el departamento de Ocotepeque, Honduras), sembró ajonjolí y gandul para darle sombra al arbolito de café que no ha madurado. Cuando el cafeto alcance la edad para producir, también tendrán árboles de aguacate como sombra, que proveen de ingresos extra.

Óscar Ramos, gerente técnico de PROCAFE, señaló que en El Salvador están aplicando la cobertura temporal con higuerillo y gandul, mientras que la permanente con pepeto y otros árboles frutales.

Ramos agregó que otra medida que introdujeron es mantener el suelo con condiciones adecuadas para el cultivo de café.

Stine Albrecht, coordinadora global de la iniciativa Café y Clima, señaló que con la primera fase del programa incorporaron a 4,000 productores a las prácticas de adaptación. Además de El Trifinio, participan Brasil, Tanzania y Vietnam.

La segunda fase tomará de 2016 a 2019 y el objetivo principal es compartir las lecciones aprendidas sobre adaptación al cambio climático con extensionistas y otros actores que tienen incidencia en la cadena del café (Gobierno, organizaciones). La meta es transferir conocimientos a unas 60,000 personas.

Albrecht detalló que en el caso de café llamado bajío (de 600 a 800 metros sobre el nivel del mar) “la diversificación es una opción” y que cada país tiene prioridades diferentes que atender.

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Un grupo de 1,500 cafetaleros que cultivan en la región El Trifinio trabaja en cambiar sus prácticas agrícolas para que el cultivo desarrolle mayor resistencia al cambio climático, en especial por el calor y la falta de humedad.

La Fundación Friederich Neumann, de origen alemán, eligió a esta región que comparten Guatemala, El Salvador y Honduras para ejecutar el programa Clima y Café. En la zona vive más de 1 millón de personas y hay cultivo de café en 22 de los 45 municipios (entre los tres países).

“Centroamérica siempre apareció entre las regiones más vulnerables al cambio climático y ahí se vio la necesidad de evaluar los sistemas productivos”, dijo Pablo Ruiz, coordinador del programa Café y Clima de la Fundación F. Neumann en El Trifinio. “Estamos buscando prácticas de adaptación”, enfatizó.

En El Salvador, el enlace de Neumann para encontrar las prácticas adecuadas es la Fundación Salvadoreña para Investigaciones de Café (PROCAFE), en Honduras el IHCAFE y en Guatemala, ANACAFE.

Son tres acciones puntuales que los productores y los técnicos han puesto en marcha. La primera es fortalecer las raíces del cafeto, la segunda es acompañar al cafeto con otras plantas beneficiosas (cultivos de cobertura) y el uso de la tecnología en todo el proceso.

Desde que comenzó la primera fase del proyecto en El Trifinio, en 2013, ya comenzaron a observar resultados. “Hemos conseguido reducir la temperatura del suelo a menos de 30 grados (centígrados), incluso en verano”, explicó Ruiz.

La temperatura del suelo es uno de los elementos más importantes para el desarrollo saludable de las plantas y animales que conviven en la misma zona (ecosistema). Según Ruiz, un suelo con más de 33 grados de temperatura daña la raíz del café y, si son más de 35 grados, afecta también a las hojas. Un suelo fresco también ayuda a que el fruto del café tenga un mejor tamaño, de acuerdo con Ruiz.

Ajonjolí, pepeto y aguacate

Una de las actividades más visibles en el programa Clima y Café es la cobertura vegetal, que protege al arbolito del sol mientras madura y además provee algún tipo de ingreso al productor.

“En Honduras hemos encontrado mayor aceptación para prácticas nuevas, que se salen de lo tradicional”, comentó Ruiz.

El proyecto trabaja con 300 caficultores en El Salvador, 300 en Guatemala y 900 en Honduras.

Previn Valdivezo, técnico designado por la fundación alemana en Santa Teresa (en el departamento de Ocotepeque, Honduras), sembró ajonjolí y gandul para darle sombra al arbolito de café que no ha madurado. Cuando el cafeto alcance la edad para producir, también tendrán árboles de aguacate como sombra, que proveen de ingresos extra.

Óscar Ramos, gerente técnico de PROCAFE, señaló que en El Salvador están aplicando la cobertura temporal con higuerillo y gandul, mientras que la permanente con pepeto y otros árboles frutales.

Ramos agregó que otra medida que introdujeron es mantener el suelo con condiciones adecuadas para el cultivo de café.

Stine Albrecht, coordinadora global de la iniciativa Café y Clima, señaló que con la primera fase del programa incorporaron a 4,000 productores a las prácticas de adaptación. Además de El Trifinio, participan Brasil, Tanzania y Vietnam.

La segunda fase tomará de 2016 a 2019 y el objetivo principal es compartir las lecciones aprendidas sobre adaptación al cambio climático con extensionistas y otros actores que tienen incidencia en la cadena del café (Gobierno, organizaciones). La meta es transferir conocimientos a unas 60,000 personas.

Albrecht detalló que en el caso de café llamado bajío (de 600 a 800 metros sobre el nivel del mar) “la diversificación es una opción” y que cada país tiene prioridades diferentes que atender.

PROCAFE participó en una investigación que determinó que el cambio climático amenaza a más del 80 % del parque cafetalero en El Salvador. - See more at: http://www.laprensagrafica.com/2016/05/23/productores-avanzan-en-adaptar-el-cafe-al-cambio-climatico#sthash.7iSVqHDH.dpuf

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