Café de Argentina - El único café que se produce en el país es de las yungas salteñas
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El único café que se produce en el país es de las yungas salteñas
El producto, de un emprendimiento familiar, se llama Baritú, es totalmente orgánico y sin aditivos en su envasado.
Próxima cosecha Entre el 15 de junio y julio, manos expertas cosecharán café hasta completar toda la plantación.
23 de mayo 2016 Marita Simón
Graciela Ortiz, en un descanso a la orilla del Bermejo, previo a caminar hasta la finca.
Las yungas salteñas, nuboselva o selva de montaña, guardan una
diversidad ambiental que sorprende, con entramados bosques en el suelo y
las laderas y pastizales en las cimas, en una suave continuación de la
selva amazónica.
Es en ese particular entorno donde una familia
emprendedora produce café, 100% de identidad salteña y totalmente
orgánico. Está en el noroeste de la provincia, pertenece al municipio de
Aguas Blancas, a una distancia de 23 kilómetros.
Pese
a la distancia y las dificultades para acceder, Graciela Ortiz es quien
lleva adelante este arduo y audaz trabajo, acompañada por su familia.
"Es
una elección de vida y me hace feliz. Creo que en lo más profundo busco
cumplir el sueño de mi padre Antonio o Gogo, como le decían, quien
proyectó este emprendimiento hace muchísimos años y yo lo retomé para
que sea exitoso", le cuenta a El Tribuno Graciela Ortiz, mujer de
campo y madre de cuatro varones, profesionales que eligieron otros
rumbos, a excepción de uno de ellos que sigue el camino materno.
Cafetales
Don Antonio nació en la década del 70, en tiempos en que la Provincia
lanzó el proyecto Salta Café para la zona de yungas. Lo hizo en la finca
El Candado Chico, de los hermanos Ortiz. En los años 90 fue imposible
competir con los cafés importados, sumadas las condiciones climáticas
que rigen rigurosamente los cultivos. Finalmente, toda la inversión en
cuidadosos caminos y sendas para las fincas que en ese lugar intentaron
producir café quedó abandonado.
"Para no inutilizar la
infraestructura montada, años después nos dedicamos al turismo de
aventura, que continuamos haciendo con cabañas completas para albergar a
los visitantes.
Este es uno de los pocos lugares donde encuentra
refugio el yaguareté y la variedad de aves es extraordinaria, por lo que
son paseos que permiten una experiencia única, a pura naturaleza,
inolvidable", remarca Graciela Ortiz.
Variedad y proceso
Desde
el año pasado, una década de esfuerzo dio sus frutos y el café Baritú
tiene su lugar en el mercado salteño en su formato de bolsas de 250
gramos molido, además de degustarse en algunas confiterías de la
capital. Es de tipo arábica, originario de Brasil, con un sabor suave y
achocolatado.
"Insertos en la modalidad de emprendedurismo vigente
en estos tiempos, reflotamos los cafetales porque lo producido nos
permite diferenciarnos, en una amplia gama de propiedades, de las
grandes marcas. Lo nuestro es artesanal, puro y orgánico, y eso marca la
diferencia cualitativa", explica en detalle.
Son aproximadamente 30
hectáreas las que están en producción, y a partir de pequeños plantines
se necesitan 3 años como mínimo para obtener el grano. "Este año
calculamos obtener café de unas 10 hectáreas. Años anteriores pasamos
desde la sequía hasta un incendio y una helada que nos llevó el 60% de
lo plantado, algo inusual en los últimos 50 años.
Pero si una planta
cumple su ciclo normalmente, de cada una de ellas se obtiene un rinde de
un kilo de café aproximadamente", recuerda.
Cientos de plantines de café, listos para ser trasplantados
De las varas se va seleccionando el fruto maduro, lo que requiere
ingresar a la plantación entre dos o tres veces para recoger. Luego el
grano pasa al lavado, donde queda unas 18 horas donde fermenta, luego
ingresa a la despulpadora y finalmente, sobre mesadas, se seca. El
secado es fundamental, por eso se tapa cuidadosamente de noche, ya que
la amplitud térmica es muy fuerte en la selva. Posteriormente se trilla
para sacar el pergamino o cáscara dura y queda el grano verde del café.
El lugar y el acceso
La
finca, que pertenece al municipio de Aguas Blancas, no tiene energía y
solo se puede entrar recorriendo 15 kilómetros por territorio boliviano,
cruzar el río Bermejo en chalana y reingresar a tierra argentina, esta
vez a pie. De esa misma forma se saca la producción, previo permiso a
las autoridades bolivianas y argentinas.
Está entre 500 y 700 metros
de altura, en la alta cuenca del Bermejo, dentro de la reserva de
biosfera y con restricciones de desmonte. "Por este motivo apostamos a
los cafetales, porque es un cultivo que crece a media sombra bajo los
árboles nativos. Esto significa que la propiedad está virgen casi en su
totalidad, ya que el impacto de los cafetales es mínimo y porque
fundamentalmente sostenemos el objetivo de mantener el medio ambiente.
Solo limpiamos la parte de las cabañas y el comedor", remarca Ortiz.
La
mano de obra es, en su mayoría, boliviana, por la proximidad
fronteriza, sin descuidar que se trata de una tarea muy dificultosa por
la zona y cuyo cultivo y posterior cosecha depende, además del clima,
del nivel de caudal del río que muchas veces hay que cruzar de noche.
Sostener los cafetales es, en sí mismo, una aventura extraordinaria cada
día, donde el alimento se debe conservar en un freezer a gas, donde se
debe caminar para llegar, donde se debe cruzar el Bermejo cuando sus
aguas lo permiten.
http://www.eltribuno.info/el-unico-cafe-que-se-produce-el-pais-es-las-yungas-saltenas-n715703
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