“No queremos que sea con base a cualquier tipo de café. Hay nichos importantes en las regiones colombianas y consideramos que los caficultores conozcan de preparación, barismo y sus orígenes.  Hay una población nueva de consumidores que es la joven que ya no quiere un tinto, sino un café especial. Se puede fomentar sin duda el consumo de café interno con base a eso”, acotó el dirigente Alejandro Corrales.

“Queremos que se autorice a la administración para que sopese las diferentes alternativas de inversión y que  se defina en qué es mejor destinar esa plata: si en un fondo de estabilización de precios o en un programa estructural de fertilización o renovación que ,por ejemplo, al final de cinco a diez años tenga un impacto.

Dicho fondo busca ser apalancado por la banca internacional y en su momento de discusión se habló del Banco Mundial. “Se busca apalancar el proyecto siempre y cuando tenga un mayor impacto en las familias cafeteras, ya sea vía fondo o si es otro. Después de eso, el paso sería la ejecutoria de recursos internacionales y saber cómo se va a fondear: si los caficultores una parte y otra el Gobierno; con comercializadores externos ya se mirará”, dijo.

Desde Risaralda se propondrá la actualización del Sistema de Información Cafetera (SICA), herramienta que sirve para ejecutar cualquier tipo de programa, dice cuánta área y árboles se tienen y qué tipo de caficultores hay.